El mar con el que sueño está en tus ojos y en las marcas de tus cuerdas en mi piel, está la vida que sí quiero vivir.
A tus pies o más arriba
biengastando mi saliva,
un pececillo en tu sedal,
un gusano en tu mezcal.
Un reflejo en tu espejo
mendigando por tus besos,
una pizca de sal,
un barquito de pan.
Un cero a tu izquierda,
una brizna de hierba,
tan feliz y tan contento
mecido por tu aliento.
Un soldadito raso
desfilando tras tus pasos,
jurando la bandera
del vaivén de tus caderas.
El más malo de tu barrio,
presidiario voluntario,
me merezco tu castigo
tengo más de mil testigos.
Quiero ser tu alfombra,
y la envidia de tu sombra,
el mejor amigo de tu ombligo,
quiero rimar contigo.
Y pegarme a tu cintura
(ups! se me pone dura)
y dejarme llevar
por tu corriente hasta el mar.
Ese mar con el que sueño,
ya no quiero ser mi dueño,
si me pones tu collar
lo juro dejo de ladrar...
y nunca acierto a explicarte lo que siento.
