LA MUJER DEL TIEMPO

Anunciabas lluvia...

 

Y yo era el desierto

yermo,

baldío,

al que desnudo excitaban

los rizos

de tus nubes negras.

Aguacero

de oro puro

y el cielo desplomado

al alcance de mis besos.

Escampaba…

Preludio

de torment@s

diferentes.

EL ROCK AND ROLL DE TUS TACONES

Fue un error confesarte

que te dedico todas mis pajas.

A mí me pareció romántico

y a ti una guarrería.

Ahora ya sabes que sueño

con mi lengua viajando

por tus piernas

a la caza del tesoro.

Fue un error decirte quién soy,

hablarte de canalla,

pedirte prestadas

tus bragas de hoy.

Ahora ya sabes qué labios

deseo comerte primero.

Fue un error.

Ahora ya sabes cómo me pone

el rock and roll de tus tacones.

FELICIDAD

Nos quitamos la ropa,
el reloj y la vergüenza.

Sin ayer y sin mañana
nos amamos entre la espuma
de un pedacito de mar
artificial.

Entonces sucedió
el fin del mundo
y sólo sobrevivimos
tú y yo.

- Por qué llora tu coño?
- Por lo mismo que lloras tú.

FOLLEMOS

Activista con pancarta
de tus pechos y tu culo
de tus ojos y tu boca
de tus piernas y tu sexo.

Militante de tus besos
de tu piel estremecida
de tu sol por Antequera
de tu muro de Berlín.

Dictadora de mis sueños
votaré en todas tus urnas
Presidenta del Gobierno
del deseo y mis tormentas.

DEVOTO

Tenía los pechos enormes
y los pies preciosos,
sabía mirar y andar
y qué manera de andar
y de mirar...

Vestía muy bien
pero se quitaba la ropa
como ninguna.

Los peregrinos hacíamos fila
para beber de la fuente
que tenía entre las piernas.

Acabamos conociéndonos
y saludándonos,

como si tal cosa,

por nuestros nombres

de mentira.

Yo siempre aprovechaba mi turno

para recordarle cuánto la quería

y ella me decía que yo era distinto

al resto de sus devotos. 

Y yo la creía...

Una vez, además, le confesé

que soñaba que era para mí sólo.

Me llamó egoísta, celoso

y me mandó al final de la fila.

Aquella tarde de octubre

decidí dejarme morir

de sed.

PETARDO

- Qué tal? Has llegado ya?

- No, sigo en el tren, voy trabajando.

- Abrígate, allí está nevando.

- No pienso salir. De la estación al hotel.

- Si me hubieras avisado habría movido mis cosas para coincidir allí contigo.

- Habrá más veces.

- Podríamos ir a cenar, dar una vuelta por el centro, tomar una copa...

- Ya veremos. Hoy voy a dedicarme a mí, quiero relajarme, estar sola, he comprado unas revistas y me daré un largo baño caliente.

- mmmmm, desnudita, en la bañera...

- Qué petardo eres, y no empieces!

- Te masturbarás? 

- jajaja y a ti qué te importa!

- Te masturbarás! 

- Déjame petardo y vete ya a tu casa.

- Pensarás en mi cuando lo hagas?

- No

- Alguna vez piensas en mi cuando te tocas?

- Noooooo 

- Yo sí pienso en ti, siempre.

-Petardo.

GLORIA BENDITA

Cada vez que me hacen daño
recuerdo el daño que te hice.

Me acuerdo de pocas cosas
de aquel verano sin playa.
Un Citroen destartalado,
un estadio abarrotado,
la tormenta del siglo
y los Stones sobre el escenario.

Recuerdo sobre todo el sigilo canalla
con el que me marché aquella noche.

Enferma y rota sobre mi cama,
a seiscientos kilómetros de la tuya,
te cambié por una princesa
tan morena y tan guapa como tú.

Esa noche bebí, bailé, reí, follé
y cuando volví,
la cama estaba hecha,
perfectamente hecha.

Te alcancé justo para un adiós 
de película y estación de tren.

A los pocas días la princesa
también se marchó
y desde entonces
entra y sale de mi vida,
siempre de noche,
sin anunciarse y sin decir adiós 
cuando me deja.

Me acuerdo de pocas cosas de ti,
preferías el té al café,
el vino a la cerveza,
te gustaba cantar 
y lo hacías muy bien.

Recuerdo sobre todo
que tu coño sabía a gloria bendita.

Cada vez que me traicionan
me acuerdo de ti,
de tu coño, 
y me hago una paja a tu salud.

SIEMPRE ERA DE DIA

Murió Lou Reed 
Y yo te echaba de menos.

El Atleti lo ganaba todo,
los ministros entraban en la cárcel
y nacieron políticos nuevos
que nos prometieron
que ellos no iban a robarnos,
pero yo te echaba de menos.

Brotaron princesas
de debajo de mis versos.

- me gustan tus poemas
- qué bien, te apetece follar?

Algunas dijeron que no,
y yo te echaba de menos.

Guerras y atentados,
huelgas, enfermedades
viejas y nuevas,
pero yo te echaba de menos.

Murió Joe Cocker
y yo seguía echándote de menos.

Quería escribirte, decírtelo, 
pero siempre era de día. 

LISBOA

Soñaba con ser poeta,
y famoso, 
y follármelas a todas,
y no iba tan mal...

Una cada cuarenta y nueve versos.

Apareciste para joder la media
y torcer mi sueño.

Ahora paro penaltis
a Cristiano Ronaldo
en Lisboa.