domingo, 19 de febrero de 2017

VIEJO VERDE

Claro que me acuerdo,
querías hablar de libros
y yo de nada.

Recitaste a Panero de memoria
y yo me colgué de tu risa,
de la rima asonante de tu escote,
de la métrica imposible de los dedos de tus pies.

Con la ropa desperdigada por la arena,
alborotados los sentidos y sin padrinos,
me bautizaste con el nombre
que más me gusta
de todos los que tengo.

Yo?

Sentí pánico y quise correr tan rápido
que apenas me moví del sitio;
me caí de la moto
saliendo de los Caños.

Dejé el hospital,
regresé a Madrid,
me casé,
tuve dos hijos,
aprendí a dormir de noche,
a anudarme la corbata,
a morderme la lengua,
a mentirme.

Una tarde de septiembre
me enamoré,
me compré unas camisetas negras
y acabé en una historia un poco rara
que no sabría cómo explicarte.

Y ahora ya me ves,
cada vez más viejo,
cada vez más verde.