martes, 24 de junio de 2014

CERRADO POR DEFUNCIÓN

Allí nos sentíamos tan a salvo de nuestras otras vidas...

No tenía nada especial, no había razones aparentes y con sólo cruzar la calle hubiéramos podido escoger entre varios bares mejores, pero ni estaban vacíos ni los camareros eran mudos.

No recuerdo a nadie más en nuestro bar. Siempre solos, tú, yo y la sombra de aquel hombre viejo sacando brillo a un vaso que de tan limpio parecía un impostor al lado de sus hermanos de cristal.

Para ti era fácil pilotar el mundo desde allí, dos teléfonos, tres idiomas  y una sola mano. Con la otra liabas cigarrillos para los dos. 

El mudo babeaba y yo me volvía mudo. Ambos te mirábamos mucho y muy fuerte en un intento vano por que tu recuerdo nos alcanzase hasta la próxima vez.

No te diste cuenta y nunca te lo conté; la tarde de tu bolero él lloró más que yo.

Cuando todo se torció, aquella fue la primera barra que busqué y la única que no encontré abierta. 

jueves, 19 de junio de 2014

AMORÍMETRO

Cada vez que escucho esa canción me sucede lo mismo y no hay nada que pueda hacer para evitarlo. 

Arranco mi moto y retuerzo sin piedad el puño del acelerador dispuesto a cruzar sin detenerme el mar de semáforos en rojo que nos separa.

Un par de calles antes de llegar, el recuerdo de la inoportunidad de mi último ataque de amor suele librar a tus vecinos de la ira de mi vieja Harley y a ti de mi.

La otra noche me paró la policía.

- está usted enamorado?

Traté de ser categórico y convincente.

- jamás piloto estando enamorado!!

El poli parecía sabérselas todas e insistió y yo... bueno, yo flaqueé.

- quizá lo estuve pero le juro que estoy absolutamente rehabilitado.

No coló y tuve que soplar

- es usted un peligro! Conduce con cuatro veces más amor del permitido!!

martes, 10 de junio de 2014

ZALAMERO

Me llamas canalla zalamero porque me gusta recordarte lo buena que estás.

Porque te digo que me gusta mirarte, escucharte, leerte, porque te cuento que me acurrucaría en un rincón, quietecito y en silencio y me pasaría la vida entera viéndote vivir.

Porque contigo, cerca de ti, me siento tan bien que me pellizco para asegurarme de que sí, es verdad, no te estoy soñando, soy yo ese cabrón con suerte al que incendias con tus besos.