jueves, 27 de febrero de 2014

MIAMI

Quiero escribir de Tarei Nar.

Tarei es un poeta iraní
que habita en Miami
y en mis contraseñas.

Cada vez que caducan
lo desordeno,
tareinarmiami,
nartareimiami,
tareimiaminar...

Si no me dieran miércoles los miedos
cruzaría el mar
para verle rimar
sus trenzas de cáñamo,
violetas con espinas,
colgando del cielo
cometas de piel. 

Si no me dieran miércoles los miedos
iría a ver huir el frío
del milagro de sus nudos
atando silencios
y añicos de luz.

Ay! Tarei,
si no me dieran miércoles los miedos...

MiAmitaReinar


sábado, 15 de febrero de 2014

FILETES Y GINTONICS

Los días eran larguísimos. Cenábamos filetes y gintonics y aún lucía el sol. Habíamos cruzado la ciudad regateando coches y peligros, haciendo ronronear el V2 unos decibelios por encima del estruendo general.

Los semáforos eran para los te quiero y para soltar el manillar y acariciar tus piernas.

Apenas hablé, apenas comí, aún sentía latir tu corazón pegado a mi espalda.

- el cine!!!

Corrimos de la mano y cuando nos sentamos hacía rato que habían apagado las luces. Yo lo pensé y tú lo dijiste.

- te das cuenta? Ya no sólo follamos, también vamos al cine.

Apoyaste tu cabeza en mi hombro y te dormiste. La peli era muy triste, de carretera y rock and roll y el protagonista era el premio Nobel del fracaso.

Cerca de mí una mujer lloraba desconsolada, yo también lo hacía pero por motivos bien distintos.

Elvis murió, se encendieron las luces y tuve que despertarte.

Esa noche no follamos, me acurruqué a tu lado y me inventé un final feliz para la película.

- qué bonito, dijiste.




domingo, 9 de febrero de 2014

ME DI POR VENCIDO

No te gusta que te eche de menos los fines de semana pero no dijiste nada de las noches.

Es de noche y te echo de menos.

Qué puedo hacer si sólo aceptas que te quiera de una manera y yo te quiero de todas las que existen?

Me bajaste del "todo o nada" la primera vez que te marchaste.

Me emborraché, lloré y me maldije por cobarde. Me dolió tanto y tanto tiempo que cuando volviste convertida en el ángel guardián de mis secretos me resigné a alimentarme con las migas de tu amistad.

Me di por vencido.

Me desnudo para ti y tú apenas te desabrochas un par de botones, me llega con eso.

No temas, esta es la última vez que te digo que te quiero.