UNA MALA NOCHE
Tan torpe como mis pies, mi corazón late sin ritmo, desacompasado, a trompicones... incapaz de seguir cualquier partitura, el mínimo guión.
Nadie pueda ayudarme y sólo una retirada a tiempo, una huida hacia atrás, se me antoja posible. Pero olvidé dejar señales en el camino y me pregunto ¿Cómo volver a lo de antes?
Necesito tanto sentirme bien!
Qué diferentes son unos dolores de otros, cuánto duelen unas cadenas flojas, por qué me arañas por dentro si lo que necesito son tus uñas pintando de rojo mi espalda.
Tan torpe como mis pies, mi corazón pisa tu corazón en este baile que me resulta tan difícil.
Por libre aun puedo engañar a alguien pero en esta coreografía tan enrevesada me pierdo y prefiero seguirte acodado en la barra junto al resto de los incapaces de dar dos pasos sin echarlo todo a perder.
Sonrío cuando me miras pero maldigo mi suerte por no tener el don que necesito para estar a tu lado cuando acabe la música y se enciendan las luces.
Mucho antes, cuando ni siquiera clarea el día, salgo a fumar y, cobarde, arranco mi moto y me marcho a beber a otro bar, sin reglas, ni corsés y busco tus ojos entre la gente sabiendo que no voy a encontrarlos.
Nadie pueda ayudarme y sólo una retirada a tiempo, una huida hacia atrás, se me antoja posible. Pero olvidé dejar señales en el camino y me pregunto ¿Cómo volver a lo de antes?
Necesito tanto sentirme bien!
Qué diferentes son unos dolores de otros, cuánto duelen unas cadenas flojas, por qué me arañas por dentro si lo que necesito son tus uñas pintando de rojo mi espalda.
Tan torpe como mis pies, mi corazón pisa tu corazón en este baile que me resulta tan difícil.
Por libre aun puedo engañar a alguien pero en esta coreografía tan enrevesada me pierdo y prefiero seguirte acodado en la barra junto al resto de los incapaces de dar dos pasos sin echarlo todo a perder.
Sonrío cuando me miras pero maldigo mi suerte por no tener el don que necesito para estar a tu lado cuando acabe la música y se enciendan las luces.
Mucho antes, cuando ni siquiera clarea el día, salgo a fumar y, cobarde, arranco mi moto y me marcho a beber a otro bar, sin reglas, ni corsés y busco tus ojos entre la gente sabiendo que no voy a encontrarlos.
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