recuerdo el daño que te hice.
Me acuerdo de pocas cosas
de aquel verano sin playa.
Un Citroen destartalado,
un estadio abarrotado,
la tormenta del siglo
y los Stones sobre el escenario.
Recuerdo sobre todo el sigilo canalla
con el que me marché aquella noche.
Enferma y rota sobre mi cama,
a seiscientos kilómetros de la tuya,
te cambié por una princesa
tan morena y tan guapa como tú.
Esa noche bebí, bailé, reí, follé
y cuando volví,
la cama estaba hecha,
perfectamente hecha.
Te alcancé justo para un adiós
de película y estación de tren.
A los pocas días la princesa
también se marchó
y desde entonces
entra y sale de mi vida,
siempre de noche,
sin anunciarse y sin decir adiós
cuando me deja.
Me acuerdo de pocas cosas de ti,
preferías el té al café,
el vino a la cerveza,
te gustaba cantar
y lo hacías muy bien.
Recuerdo sobre todo
que tu coño sabía a gloria bendita.
Cada vez que me traicionan
me acuerdo de ti,
de tu coño,
y me hago una paja a tu salud.
de aquel verano sin playa.
Un Citroen destartalado,
un estadio abarrotado,
la tormenta del siglo
y los Stones sobre el escenario.
Recuerdo sobre todo el sigilo canalla
con el que me marché aquella noche.
Enferma y rota sobre mi cama,
a seiscientos kilómetros de la tuya,
te cambié por una princesa
tan morena y tan guapa como tú.
Esa noche bebí, bailé, reí, follé
y cuando volví,
la cama estaba hecha,
perfectamente hecha.
Te alcancé justo para un adiós
de película y estación de tren.
A los pocas días la princesa
también se marchó
y desde entonces
entra y sale de mi vida,
siempre de noche,
sin anunciarse y sin decir adiós
cuando me deja.
Me acuerdo de pocas cosas de ti,
preferías el té al café,
el vino a la cerveza,
te gustaba cantar
y lo hacías muy bien.
Recuerdo sobre todo
que tu coño sabía a gloria bendita.
Cada vez que me traicionan
me acuerdo de ti,
de tu coño,
y me hago una paja a tu salud.
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