sábado, 15 de febrero de 2014

FILETES Y GINTONICS

Los días eran larguísimos. Cenábamos filetes y gintonics y aún lucía el sol. Habíamos cruzado la ciudad regateando coches y peligros, haciendo ronronear el V2 unos decibelios por encima del estruendo general.

Los semáforos eran para los te quiero y para soltar el manillar y acariciar tus piernas.

Apenas hablé, apenas comí, aún sentía latir tu corazón pegado a mi espalda.

- el cine!!!

Corrimos de la mano y cuando nos sentamos hacía rato que habían apagado las luces. Yo lo pensé y tú lo dijiste.

- te das cuenta? Ya no sólo follamos, también vamos al cine.

Apoyaste tu cabeza en mi hombro y te dormiste. La peli era muy triste, de carretera y rock and roll y el protagonista era el premio Nobel del fracaso.

Cerca de mí una mujer lloraba desconsolada, yo también lo hacía pero por motivos bien distintos.

Elvis murió, se encendieron las luces y tuve que despertarte.

Esa noche no follamos, me acurruqué a tu lado y me inventé un final feliz para la película.

- qué bonito, dijiste.




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