Los trenes de los que salto hacen lo que pueden
pero nunca es suficiente.
Pronto empezará a llover
y dejaré de contar los meses.
pero nunca es suficiente.
Pronto empezará a llover
y dejaré de contar los meses.
En los bares donde escribo y me vacío
están prohibidas veintidós canciones.
Las fuerzas que no tuve
me las dieron mi nariz
y mis ojos repetidos.
me las dieron mi nariz
y mis ojos repetidos.
Y tú, claro, con tu amor distinto e infinito.
Aún no sé cómo puedes perdonarme
cada vez que lo confundo todo.
Aún no sé cómo puedes perdonarme
cada vez que lo confundo todo.
Quizá algún día decidas pensártelo...
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